España ya no someterá a controles sanitarios a los viajeros procedentes de la Unión Europea o de países asociados al Tratado Schengen.
Se mantienen los controles para viajeros que no procedan de la UE ni de países asociados a Schengen y que incluyen, al menos, la toma de temperatura y un control documental.
No obstante, aquellas personas que lleguen a España por vía aérea o marítima desde países que no pertenezcan a la Unión Europea o no tengan la consideración de países asociados Schengen “podrán ser sometidas a un control sanitario en el primer punto de entrada que incluirá, al menos, la toma de temperatura, un control documental y un control visual sobre su estado físico”, incide el Boletín Oficial del Estado (BOE).