Estados Unidos deja de exigir una prueba negativa de coronavirus a viajeros internacionales a partir del pasado domingo para entrar en el país.
La Administración de Joe Biden ha anunciado la eliminación del requisito exigido a los pasajeros aéreos internacionales a su llegada a los Estados Unidos de mostrar una prueba de COVID-19 negativa, realizada un día antes del vuelo. Con ello levanta uno de los últimos mandatos gubernamentales en vigor, establecidos para contener la propagación del coronavirus.
La obligación de aportar una prueba negativa se introdujo por primera vez en enero de 2021, cuando menos del 10% de los estadounidenses estaban vacunados y la epidemia campaba por sus anchas. Las fronteras a los viajeros estuvieron cerradas hasta el mes de noviembre pasado (y desde el inicio de la pandemia en 2020) para los llegados de 33 países, incluidos China y una docena de europeos, también España.