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África, Lunas de miel, Namibia, Safaris

Namibia: safari y desierto

Un destino de esos que cuesta describir en el regreso de tus vacaciones. Difícil de imaginar para aquellos que no lo han visto y complicado de definir con palabras para aquellos que han experimentado la magia de un lugar de leyenda; la costa esqueleto del desierto de Namibia.

Namibia es la excepción de un continente que brilla por su diversidad y que ofrece en un mismo destino, el safari africano y la experiencia en el desierto. Y no un desierto cualquiera, sino uno de los desiertos más áridos del planeta que muere en la orilla del océano Atlántico.

Un safari pegado a la arena

Con un ecosistema muy sensible, Namibia es desierto en casi el 80% de todo su territorio, pero la fauna africana se sustenta gracias al corazón que le proporciona el Parque Nacional de Etosha, un lugar sagrado y de obligado paso para los grandes mamíferos africanos y que permite al país disfrutar de un oasis de sabana. Baobabs y cientos de animales habitan en sus más de 22.000 kilómetros cuadrados. Es el hogar de elefantes, leones, rinocerontes, jirafas, cebras que viven en el paraíso animal a escasos kilómetros de un paisaje que sufre un cambio radical: un desierto con un clima más árido que el del Sáhara.

La línea que separa la arena del verde, es la frontera invisible que separa la vida de la muerte y que no te puedes perder. Desde Bestours Viajes, recomendamos explorar el territorio con excursiones a pie y en jeep, pero una de nuestras apuestas para entender la inmensidad de este lugar son las excursiones en avioneta. Una aventura a vista de pájaro que te hará entender la longitud de un desierto abrumador que vive entre dos mundos.

De la experiencia de realizar un safari existen todo tipo de recomendaciones, pero pocos conocen los secretos de una costa que ha forjado leyendas milenarias y que es ahora el atractivo turístico de un país en auge; The Skeleton Coast.

La mala fama bautizó a este lugar, uno de los más bellos, pero también más siniestros del planeta. Allí donde termina el desierto para fundirse con el océano y donde el viento no proviene de las olas sino de las dunas, yace una de las costas más temidas por los marineros durante siglos.

El constante oleaje y la gruesa neblina convirtieron la costa de Namibia en una de las más peligrosas del mundo. Y es que centenares de barcos y marineros perdieron la vida en un lugar impredecible en el que los barcos podían desembarcar, pero dada la fuerte marea, volver a zarpar era imposible. Una costa maldita para muchos a la que resguarda el Desierto del Namib.

Su nombre significa enorme y recorre toda la costa para hacer frontera con Angola al norte y Sudáfrica al sur. Un inconveniente mayúsculo para los marineros varados. Sin poder echarse al mar, su única escapatoria era cruzar todo el desierto para sobrevivir. Una leyenda que tiene pruebas por toda su costa donde todavía se encuentran centenares de barcos varados y que ha forjado la fama de un destino con mucha magia.

Una experiencia que ahora puedes vivir en tres alojamientos de lujo que han conseguido contagiarse del espíritu del lugar para trasladarlo a su propuesta vacacional.

Nuestra primera recomendación, para los más osados, es Shipwreck Lodge. La firma ha conseguido plasmar la realidad del lugar en unos alojamientos tan realistas como peculiares. Y es que sus habitaciones son el relato de lo que fue durante siglos la costa en la que se ubican.

Entre las dunas donde centenares de marineros perdieron el norte en busca de una salida, se encuentran unas cabañas completamente equipadas y perfectamente diseñadas para vivir la experiencia más auténtica con unas vistas exclusivas al océano Atlántico.

Pero no es la única opción. Hoanib Skeleton Coast es también otro de los hoteles insignia de la zona. En Hoanib prima la experiencia de la vida en el desierto. Cuenta tan solo con ocho suites tipo tienda de campaña, todas ellas de tonalidades verdosas que se mimetizan en las dunas del desierto, con un diseño contemporáneo y con todo lujo de detalles. Además, también apuestan por el ecoturismo y aprovechando su ubicación y las altas temperaturas, casi todo el complejo funciona con energía solar.

Un escenario perfecto donde contemplar las estrellas cada noche y vivir la experiencia de uno de los tramos más salvajes del desierto a pocos kilómetros de la costa.

Pero si se trata de desierto y de grandes mamíferos, existe una opción perfecta que combina la vida del safari con la magia del desierto. Desert Rhino Camp, un alojamiento donde los rinocerontes son las estrellas de un lugar al que llaman hogar por difícil que parezca dada la climatología.

Estos mamíferos, como tantos otros, se han adaptado al medio y forman parte del atrezzo de este hotel de apenas ocho tiendas de campaña. Un alojamiento que se ha convertido en el lugar predilecto para contemplar la vida salvaje a escasos metros.

Rodeado de arena roja

Más allá del desierto de Namib, los lagos muertos de Sossusvlei son otra de las visitas obligadas del lugar. Al sur del país y todavía en el desierto, nuestra apuesta es Little Kulala Camp. En medio de la nada, este complejo se esconde entre dunas de más de 300 metros de altura. El lugar perfecto para encontrar la paz y vivir en armonía. Con la tecnología más avanzada, sus once suites –todas con piscina privada– funcionan con energía solar para preservar un ecosistema único.

Un destino de arena y sabana donde puedes combinar todos los atractivos del norte y el sur de África en un mismo destino, que seguro, acabará enamorándote.

 

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