A partir de esta semana ya no es necesario llevar mascarillas en los aeropuertos ni en los vuelos en Europa, con lo que el sector se alinea con un número cada vez mayor de países europeos que han relajado o levantado las restricciones por pandemia.
Aunque no es obligatorio, la directora del ECDC, Andrea Ammon, instó a la gente a ser consciente de que el uso de la mascarilla, junto con el lavado de manos y el distanciamiento físico, es «uno de los mejores métodos para reducir la transmisión».
Las normas sobre mascarillas variarán probablemente en función de la aerolínea tras la entrada en vigor de las nuevas recomendaciones, y las agencias señalaron que los vuelos con destino o procedencia de destinos en los que aún se aplica la normativa deberían animar a los pasajeros a cumplir esos requisitos.